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Bogotá circular en XXV congreso Andesco
Bogotá circular: el desafío de transformar los servicios públicos para construir una ciudad próspera y sostenible
- En el marco del XXV congreso Andesco, la secretaria de Ambiente, Carolina Urrutia, explicó el panorama actual de la economía circular en Bogotá y advirtió necesidad d integrar la gobernanza y corresponsabilidad de todos los actores para su implementación; e innovar en los procesos y la gestión de conocimiento.
- La Administración distrital creó la Política de Servicios Públicos para proveerlos mayor calidad, y mejorar el acceso sin incrementar el impacto ambiental.
- Esta iniciativa permitirá enfrentar las problemáticas de consumo ineficiente al reducir la disposición final en un 18 %, aprovechar 1,2 millones de toneladas (t) al año y tratar 957 000 t, en el mismo periodo, orgánicos.
- Con la implementación de la Política de Servicios Públicos, a 2030 Bogotá habrá reutilizado el 50 % del agua tratada y de biosólidos generados por las plantas de tratamiento.
Bogotá, 14 de junio de 2023. (@AmbienteBogota). "Para avanzar hacia la transformación de los servicios públicos y garantizar la circularidad en Bogotá es importante establecer como principios la gobernanza de los diferentes actores; la visión sistémica que integre a todos los eslabones de la cadena; la integralidad vertical y horizontal en las políticas públicas y marco normativo; y la innovación tanto en proceso, como en productos y mercados, con gestión del conocimiento".
Este fue el llamado que hizo Carolina Urrutia, secretaria de Ambiente, durante el XXV congreso Andesco, un evento que convocó a 70 conferencistas de alto nivel, del país y el mundo, para dialogar sobre el futuro de los servicios públicos, la coyuntura y las perspectivas del sector, así como la agenda de trabajo del Distrito y el Gobierno Nacional para afrontar los desafíos en este tema.
Durante su intervención, denominada "Cerrando el ciclo: los servicios públicos en la apuesta de Bogotá circular", y que se realizó en conjunto con Nadya Rangel, secretaria de Hábitat, Carolina Urrutia explicó el panorama actual de la circularidad en la ciudad, que enfrenta múltiples retos. Actualmente, en la capital hay alrededor de 246 000 toneladas de residuos abandonados en el espacio público, por distintos motivos. Además, el sector de la construcción aporta el mayor flujo de materiales, con cerca de 10 millones de t anuales.
Por otro lado, Bogotá cuenta con 117 organizaciones de recicladores, que constituyen el 40 % en el país; así como más de 24 000 personas que se dedican a esta labor. Ante esta cifra, Urrutia señaló que en estos años no se ha visto una mejora significativa ni en el aprovechamiento ni el nivel de vida de los ciudadanos que realizan el oficio del reciclaje y que el hecho de definir de qué manera estas organizaciones pueden estar más formalmente incluidas en el negocio de la economía circular es una gran deuda que tiene la ciudad.
"Queremos convertir la economía circular en un gran negocio; en el mejor de todos. Queremos que sea incluyente y que permita que el Estado, el mercado, la sociedad y las empresas tengan la oportunidad de hacer de la economía circular un negocio de vida y vivir de eso", agregó la secretaria de Ambiente.
Política de Servicios Públicos, una oportunidad de transformación
Para responder a estos desafíos, la Administración de la alcaldesa Claudia López creó la Política de Servicios Públicos, una iniciativa que busca proveer más servicios y de mayor calidad, y mejorar el acceso sin incrementar el impacto ambiental.
Con esta estrategia, el Distrito busca establecer el modelo integrado de gestión circular de los servicios públicos con sostenibilidad ambiental, social y gobernanza colaborativa, para mejorar las condiciones de vida y el goce efectivo de los derechos de la población.
"Según datos de la Superintendencia de Servicios públicos, Bogotá consume cerca del 20 % del total de agua a nivel nacional y el tratamiento de aguas residuales en la ciudad es de 30 %, aproximadamente. Adicionalmente, Bogotá consume casi el 10 % del total de energía a nivel nacional. Para cambiar esta tendencia de consumo no sostenible, se requiere pasar de un modelo lineal, basado en el uso y consumo de recursos naturales y disposición final de residuos, a uno circular", aseguró Nadya Rangel, secretaria de Hábitat.
Con la puesta en marcha de esta política, que tiene como base la circularidad, se proyecta que a 2030 Bogotá habrá reutilizado el 50 % del agua tratada y de biosólidos generados por las plantas de tratamiento. Asimismo, se promoverá la inversión y el desarrollo de fuentes de energía renovable para reducir la dependencia de los combustibles fósiles.
Por su parte, Carolina Urrutia señaló que, al promover la cultura de consumo responsable, el Distrito busca reducir la disposición final en un 18 %, aprovechar 1,2 millones de toneladas al año, tratar 957 000 t anuales de orgánicos, e incrementar cada año el 1 % de valorización de corrientes priorizadas.
Sumado a lo anterior, esta política permitirá crear condiciones para la transición, al alcanzar 320 organizaciones que implementan acciones de innovación para resolver retos de economía circular (20 anuales); y aumentar de 140 a 580 bienes y servicios que incorporan patrones de producción y consumo sostenible.
No obstante, Carolina Urrutia advirtió que, para lograr la economía circular en Bogotá es esencial hacer cambios en el marco tarifario actual. "Sin cambios en el marco tarifario no habrá economía en Bogotá y en Colombia. El marco que tenemos en este momento premia el mal uso de los residuos y el Gobierno Nacional tiene que aprovechar la oportunidad para potenciar un esquema eficiente", expresó.
Bogotá Circular es una plataforma que involucra a todos los actores y actúa en cuatro líneas de acción: investigación, innovación y desarrollo de mercado; gestión de información y conocimiento; normatividad y política pública; y gobernanza y financiación. Para avanzar hacia esta transformación, es esencial el compromiso y la acción de los diferentes sectores para orientar y acelerar la transición, bajo una visión compartida del territorio y así construir una ciudad más próspera, sostenible y resiliente.
