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Muerte de oso de anteojos también atenta contra la seguridad hídrica de Bogotá

Oso de anteojos muerto

  • El oso de anteojos cumple un papel fundamental en los ecosistemas altoandinos de bosque y páramo, como los de Chingaza, de donde proviene el 80% del agua que consume la capital. La disminución de su población, al igual que cualquier afectación a la biodiversidad de esta región, pone en riesgo la producción de este valioso recurso indispensable para los bogotanos.

Bogotá, 21 de marzo de 2017. La Secretaría Distrital de Ambiente, como autoridad ambiental de Bogotá, rechaza la cacería y muerte de un oso de anteojos macho adulto, ocurrida en el páramo de Chingaza el pasado fin de semana. Igualmente, hacemos un llamado a las autoridades judiciales para que se dé con el paradero de los responsables de atentar contra la vida de este singular ejemplar de nuestra fauna. No solo se trata de una especie emblemática y protegida de enorme importancia en sí misma, sino que su exterminio también puede atentar contra la seguridad hídrica de la capital, debido al papel ecosistémico que cumple el oso de anteojos en esta región, considerada la principal fuente de agua para Bogotá.

¿Por qué el oso de anteojos es clave para Bogotá?

Esta especie, amenazada, cuenta con una población, en proceso de recuperación, estimada en unos 30 ejemplares en el páramo de Chingaza, de donde proviene el 80% del agua que surte a la capital. El oso, especie nativa de esta zona, tiene una función ecológica esencial que podríamos denominar ¿jardinero de montaña¿ pues realiza la poda y clareo del bosque, lo cual estimula el proceso de sucesión ecológica. Además, dispersa una gran cantidad de semillas que consume a diario, como base de su dieta alimenticia, por el páramo y los bosques que recorre, ayudando, junto a otras especies dispersoras, a garantizar la vegetación del lugar, todo lo cual permite que Chingaza cumpla con su invaluable función de provisión y regulación hídrica.

La secretaría Distrital de Ambiente también hace un llamado a todas las entidades ambientales del orden nacional, y a la comunidad en general para velar por la protección de esta especie, que no sólo se mueve en inmediaciones del páramo de Chingaza, sino que se desplaza por todo el corredor de páramos y Cerros Orientales hasta llegar al páramo de Sumapaz.

En este sentido, esta administración reitera su compromiso de trabajar junto con las demás autoridades ambientales a escala regional en la protección del emblemático oso de anteojos, y del corredor ambiental que le ayuda a esta especie a movilizarse, lo cual garantiza al mismo tiempo la salud ecosistémica y la producción de fuentes de agua alternas como el páramo de Sumapaz.