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Con pinceles y acuarelas, Verónica Martínez protege la biodiversidad

Con pinceles y acuarelas, Verónica Martínez protege la biodiversidad

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Verónica Cruz exhibe sus mugs en los que se plasman la biodiversidad de aves de Bogotá

Actualmente, Verónica está trabajando en un proyecto para ilustrar 180 especies. Foto: cortesía.

Bogotá, 30 de noviembre de 2021. (@AmbienteBogota). Verónica Martínez no duda del poder que tiene el arte para fomentar el cambio y promover una mejor relación de los seres humanos con la naturaleza. Acuarelas, pinceles, lápices, plumillas, tinta y mucha curiosidad han sido sus principales herramientas para generar conciencia sobre la biodiversidad de Colombia y, especialmente, la de la ciudad.

Tinguas, copetones, búhos, patos, gavilanes, águilas, libélulas y alcaravanes son parte de las más de 80 especies que esta mujer, nacida en Bogotá, ha ilustrado desde 2014, cuando empezó a adentrarse en el mágico mundo de los colores. 

"Dentro de mi romanticismo consideré que el arte es un puente comunicativo de todo tipo de información, es disruptivo totalmente. Creo que el lenguaje es mucho más sencillo con arte", expresa.

A través de sus ilustraciones, Verónica busca brindar conocimiento sobre la riqueza de la fauna nacional y, así, propender por su cuidado y preservación. Por esta razón, en cada artículo que pinta escribe siempre el nombre científico y común de la especie.

Para ella, no solo se trata de 'la belleza de una pieza, sino del mensaje que trae', porque considera que 'el arte que no incluye un mensaje solo es algo que no genera ningún impacto en las personas ni tiene un valor significativo'.

 

 

Verónica ha realizado doce exhibiciones en diferentes espacios de Colombia a lo largo de estos años. La primera colección se la dedicó a las aves de Bogotá y, para ese momento, dibujó 39 especies, entre las que se encontraban cinco tinguas.

Una de las ilustraciones más especiales que ha hecho es la del gavilán maromero o Espíritu Santo, ave a la que ella llama "el guardián de la reserva", porque que cada vez que participa en jornadas de plantación con el colectivo Sembradores Van der Hammen, al que pertenece hace cuatro años, este animal siempre aparece. "Es como si nos dijera que podemos seguir. Es espectacular verlo cazar y, además, es muy bonito", dice.

También le gustan mucho los colibríes, los copetones y, en especial, las rapaces. De hecho, admira profundamente la grandeza e imponencia del águila arpía, ave nacional de Panamá y de la Fuerza Aérea colombiana.

Gavilán

El gavilán maromero se puede observar en humedales, zonas cercanas a los Cerros Orientales con vegetación y áreas aledañas a cuerpos de agua. Foto: cortesía

Aunque Verónica estudió Gastronomía, siempre se ha dedicado al arte y, actualmente, está formándose como docente en Educación artística. Su cercanía con el humedal La Conejera, la curiosidad por aprender acerca del comportamiento de las aves, su experiencia en la defensa del territorio en Suba y la influencia de su padre -reconocido caricaturista del periódico El Espectador-, se han convertido en la principal fuente de inspiración para el desarrollo de su obra.

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"Duré 15 años viviendo al lado del humedal La Conejera. Es inevitable no sentirse abrumado con un territorio tan espectacular. Los humedales son una cosa mágica y hermosa, son úteros sagrados, fuentes de vida", expresa.

Además, cuenta con el apoyo de ornitólogos y biólogos a quienes consulta habitualmente para tener certeza sobre el conocimiento que divulga a través de sus obras.

Así, con cada pincelada, Verónica Martínez contribuye a la conservación de la biodiversidad y llena de color la vida de muchas personas.