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Noticias de ambiente

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No podemos hablar de paz si no hacemos las paces con la naturaleza: Miguel Ángel Julio

  • Geografía de la guerra: más de 15 millones de hectáreas en Colombia se han visto afectadas por el conflicto.
  • Durante el Encuentro de las Américas se espera incidir desde lo ambiental en los diálogos de paz de La Habana.
  • La Amazonía colombiana, el corredor biogeográfico del Chocó, los montes de María y la depresión momposina, la región de Arauca y Casanare, son las áreas con mayor impacto por el conflicto.
  • Parque Nacionales Naturales afectados por minería ilegal, fumigaciones, voladuras de oleoductos, combates y derramamiento de sangre.
  • 'La naturaleza es la víctima de las víctimas, es víctima no solamente por la incidencia fáctica de la guerra, sino también por la indolencia e indiferencia que la ciudadanía tiene frente a sí misma'.

Invitación al foroBogotá, septiembre 14 de 2015 (SDA). El conflicto armado interno ha dejado daños irreparables en todo el territorio nacional, y no solo en la población, que supera los seis millones de víctimas, sino también en 'la víctima de las víctimas': el ambiente. Así lo afirma Miguel Ángel Julio, jefe de la Oficina de Participación, Educación y Localidades de la Secretaría Distrital de Ambiente, al invitar a la ciudadanía a participar en el Foro Nacional de Ambiente y Posconflicto, que tendrá lugar en Bogotá el próximo 21 de septiembre en el marco del Encuentro de las Américas frente al Cambio Climático.

La relación de la guerra con el ambiente en estos más de 60 años es trágica. Las zonas de mayor importancia ecológica del país han sido de las más afectadas por el conflicto armado. Por lo anterior, el Foro 'es una oportunidad para incidir desde el movimiento ambiental en la generación de contenidos que sean tenidos en cuenta en los diálogos de La Habana. Es una apuesta ciudadana por la paz y es una oportunidad para involucrar en el escenario del posconflicto la justicia y la gobernanza ambiental como pilares fundamentales de un nuevo país'.

Miguel Ángel Julio asegura que no se puede hablar de paz si el país no hace las paces con la naturaleza. 'En el marco de los diálogos de paz ¿agrega-, se espera que el tema ambiental se tenga en cuenta como una de las estrategias neurálgicas, incluido su componente humano'. El Foro servirá de insumo para llevar propuestas a la mesa de diálogos en lo que respecta al ambiente.

El evento se desarrollará en el Auditorio de Fenalco y contará con delegaciones de diferentes regiones del país e invitados internacionales. Contará con presencia de experiencias del Caquetá y del Bajo Cauca, así como el secretario de la Plataforma Haitiana por la Defensa de un Desarrollo Alternativo, Camille Chalmeres; la directora de la Alta Consejera para los derechos de las víctimas, Ana Teresa Bernal; y el reconocido líder indígena y Premio Nacional de Paz, Feliciano Valencia, entre otros. Grupos de investigaciones, representantes de ONG y comunidad en general, también estarán presentes. Se espera la participación de 400 personas.

Durante la jornada se va a entregar un libro que recoge los planteamientos de una jornada anterior, que se centró en educación ambiental y posconflicto. Asimismo, el encuentro también se convertirá en un acto simbólico de perdón de la sociedad con las víctimas, y se escogió una de las madres de Soacha como representante de esta comunidad.

Las zonas más degradadas ambientalmente

De acuerdo a Miguel Ángel Julio, cuando se comparan los mapas donde hay presencia de minas antipersona y se superponen con las zonas de importancia ambiental del país, 'casan justamente'. La Amazonía colombiana, el corredor biogeográfico del Chocó, los montes de María y la depresión momposina, así como la región de Arauca y el Casanare son al tiempo, las áreas de mayor importancia ambiental y las zonas más afectadas por la guerra.

Un caso que preocupa es el de varios Parque Nacionales Naturales, perjudicados por la minería ilegal, fumigaciones, voladuras de oleoductos, combates y el derramamiento de sangre.

Los efectos de la guerra en el territorio nacional

A lo largo de las seis décadas del enfrentamiento armado, Colombia ha sufrido procesos de degradación ecosistémica, defaunación y deforestación. El país es el segundo en el mundo con presencia de minas antipersona y artefactos explosivos mal manipulados. Además de lo anterior, se tienen efectos directos del Estado y de los alzados en armas en el territorio nacional, como por ejemplo políticas que adicional a los daños ambientales, tienen implicaciones negativas en la población civil y la economía.

¿Qué se espera?

'Insistimos en dos elementos: la justicia y la gobernanza ambiental'. Es decir, que en esa reconstrucción del país, en el marco del posconflicto, se tenga en cuenta la variable ambiental para refundarnos como una nueva nación.

Cuando se refiere a justicia ambiental habla de un 'Estado que tenga todo su brazo judicial enfilado' en garantizar un principio constitucional que es el derecho al ambiente sano. Gobernanza, por otra parte, es generar estrategias articulando al Gobierno, al sector privado y a la ciudadanía en general, en la construcción, formulación y ejecución de políticas públicas en pro del ambiente, como por ejemplo el ordenamiento ambiental.